LECTURA DE LA LUZ
- aisaboaa
- 2 jun 2016
- 1 Min. de lectura

Mi muy señora madre,
Por encontrarse ausente de las responsabilidades que en lo tocante al corazón nos aúna como seres pensantes, me ha sido imposible hacer lectura de su entendimiento y pretensiones, ni en el día de ayer, dormido, ni en el de hoy, pesar hallado.
Para que la lectura pueda ser considerada con-descendencia frente a su desafecto, debería encender la pálida humildad que agoniza silenciosa entre los huesos de su arma-razón. Solo así, su dificultad será menos hiriente.
Le ruego que, desde su posición, refleje ese atisbo de metal fundido en la esfera de sus ojos, y que yo lo vea en un plazo no superior al de su muerte.
Firma de la luz ausente,